domingo, 26 de abril de 2015

¿Porqué estas en mi vida?

De una plática casual, jueves por la tarde, a una nueva pregunta que aparece entre nosotros, por nosotros, ni siquiera fue importante en el momento de formularla, pero se quedó ahí para regresar hoy para escribir sobre ella.

Somos distintos en exceso, tu, centrada en la profundidad del cosmos donde te hayas a ti misma, en la búsqueda de la plenitud sin que la felicidad importe, pues la primera abarca una totalidad y la segunda se queda queda corta, efímera, pasajera y fugaz (aunque insisto que una no esta completa sin la otra). Yo, peleando con la levedad de una vida que se aproxima a sus treinta y tres vueltas al sol, recordando los años, las personas y las experiencias, con la duda de no saber en que momento me encuentro, me siento diez años más joven y el mundo me enseña cada día la realidad, la cual entiendo, pero me niego a hacerla mía, es común, banal, lógica y tradicional, no es suficiente.

Hoy he dado lectura a varios años atrás, hechos y publicaciones, fotos, enlaces, música, momentos, recuerdos y anécdotas; no he vivido poco, tampoco creo que mucho pero no tengo con que comparar para afirmar lo uno o lo otro, sólo se que he vivido y me sorprendo, me alegro de estar vivo, no extraño cosas ni personas, las menos, siguen cerca, las otras cumplieron su tiempo en mi espacio, dejaron lo que debían y se les agradece el esfuerzo, incluso si no fue a propósito.

Bebo las cervezas que dejaste huérfanas hace un par de días en mi refrigerador, esas que salimos a buscar a las tres de la mañana, lo hago mientras recapitulo tu breve tiempo conmigo, apenas tres citas y demasiado que contar, pero más que reservar para mi, para nosotros, no se cómo paso tanto en un espacio y tiempo tan reducidos, supongo que ambos lo necesitábamos, nos merecíamos y nos encontramos.

Parece ocioso preguntarme sobre el para qué estas en mi vida, pero lo ignoro igual que los porque, debería (y lo hago) solo disfrutar el día a día sabiendo que estas ahí, pero mi naturaleza es curiosa y mi historia me ha llevado a ser desconfiado, aún así, y en tus términos que he hecho míos me dejo llevar y me encuentro por primera vez en pleno descontrol de mi pensando en ti, hombre al agua.

Si bien aún no tengo muchas respuestas sobre el porque estas aquí, -y es posible que no lo sepa hasta que este tiempo también llegue a su fin, en unos días, muchos meses, varios años o mucho después-, he entendido la primera razón, -te advierto que es muy posible que encuentre una nueva cada día que estemos juntos, y otras tantas los demás-, se que estas aquí para hacerme recapitular, voltear atrás no para buscarte ahí ni para sacar algún viejo sentimiento que quisiera imitar contigo, sino para valorar los nuevos y distintos momentos que me estas ofreciendo, que me aportas con tus palabras, con tu sentido del humor, con tus ideas, con tus besos y con tu cuerpo.

Recapitular, para estar agradecido pues todo eso que está atrás me hizo conocerte, no el día que me gustaste, no la primera vez que te dije hola, tampoco en otro momento que no fuera hasta aquel que me hizo darme cuenta de lo peligrosa que podrías ser, el día que que me di cuenta en lo que te podrías convertir, el mismo día que supe que no había vuelta atrás y a partir de entonces, no quedaría de mí averiguar hasta donde podemos llegar.

Recapitular para evidenciar e identificar todos esos viejos vicios que acompañaron tantos errores, esos que echaron a perder cualquier ocasión previa, que por suerte acabaron para empezar de nuevo, esta vez tu y yo, para ser "conocidos" que se intentan "conocer", con sus borrones y cuentas nuevas, sin pasado, con presente y de futuro incierto, pero que vale la pena averiguar, como siempre, lo divertido es el viaje, el destino es lo menos importante, y al cual sólo llegas para hacer lo mismo una vez más, recapitular, sonreír y seguir adelante.

Then as it was, then again it will be 
An' though the course may change sometimes 
Rivers always reach the sea 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario