Existe un momento entre distintos sucesos en el que las cosas que ocurren son perdonadas de antemano y justificadas por el trance del término del primero y el descubrimiento de un segundo, y digo son perdonadas porque generalmente se actúa sin pensar en si se está afectando a un tercero al momento de la transición.
"Formar relaciones con alguien en un momento de transición debería estar prohibido por la ley" pensaba después de dar vueltas una y otra vez a la situación que lo había llevado a estar encerrado en su apartamento por los últimos días, todo parecía ir como debería o por lo menos como se supone, sin peleas, sin malos entendidos, vamos, si algo tenían es que la sinceridad incluso la "brutal" era algo de todos los días para ambos, - pero no confundamos la sinceridad con la honestidad, ambas pueden ir de la mano, pero bien pueden distanciarse y ejercer su papel una sin la otra y sin necesidad que los implicados estén enterados, al final de cuentas
ojos que no ven, hasta el momento que se vuelven a unir y un halo de conciencia aparece para dar pie al arrepentimiento y acciones para corregirlo, incluso cuando estas son en contra de lo que se tenía planeado - ideas iban y venían, ya nada se podía hacer y si existía alguna posibilidad las fuerzas ya no eran suficientes para intentarlo, la desidia siempre viene después de la desilusión pero antes del enojo, en ese momento no podía ubicar exactamente en que estado se encontraba, era la mezcla perfecta para no salir, no escuchar, no saber y no ver.
Ante una buena justificación y raciocinio de cualquier situación explicada con puntos y comas los sentimientos están de más y en ocasiones sobre valorados, era una idea explicada de una forma más simple en su cabeza, eran las imágenes de los momentos que le importaban los que le dejaban esa sensación, hacía mucho que no bajaba lo suficiente las defensas como para estar tan expuesto ante alguien, tan vulnerable, le molestaba más no haber previsto la situación a confiarse y dejar que cosas no planeadas se convirtieran en parte de su vida, podría justificar cada uno de sus pasos por una idea más romántica y por primera vez aceptada y trabajada en el entendido de que se tiene que trabajar por conseguir algo bueno, llevándose de por medio los vicios y costumbres poco valoradas socialmente, otra idea que se convertía en recurrente... "portarse bien esta sobre valorado", el esfuerzo de aquellos cambios no se comparaba al resultado tan desfavorable, uno puede analizar sus acciones, considerar a los demás e incluso procurar por ellos, claro esta que sin descuidarse a uno mismo, pero la variable más importante y que tiene un peso mayor sobre todo esta por mucho fuera del poder y rango de acción de uno mismo incluso de su entendimiento.
Pensaba en todo ello, y el nudo en la boca de su estómago no se hacía menor y la saturación de ideas no le permitían concentrase en otra cosa, los libros, la tv y otras actividades no ayudaban, no es fácil encontrarse en una situación así, lo único que queda es esperar a llegar al límite que nos permite nuestro propio cuerpo, respirar y volver a empezar, lo bueno se queda, lo aprendido no se olvida y lo demás esta de más.
Un par de días después las cosas seguían menos pesadas, la levedad se hacia presente conforme la desidia avanzaba y el desapego hacía lo suyo, un nuevo periodo de transición llegó a su vida y en el nuevas oportunidades para decidir que le acompaña y que se queda en el camino, después de todo mientras no quede en uno, la carga de cualquier situación se hace menos pesada, no hace falta cerrar un círculo que nunca se abrió y cortar algún lazo que no se compartió del todo, la única duda que quedaba era saber en que momento se encontraba con un nueva etapa y cuando la transición había terminado...
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Porcentaje de veracidad: 90%
Lo demás: 10%
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"Escribir me ayuda a despejar mis ideas y a callar algunas cosas que traigo dentro que suelen sobrevivir cuando intento ahogarlas con alcohol."
Cha.