lunes, 5 de julio de 2010

"Yo a ti..."



Hacia unos días que algo le incomodaba a André, pero Eva no podía descifrarlo, la última vez que lo intentó solo logró llegar a una situación tan incomoda que no pudieron dirigirse la palabra en un par de días, pues su insistencia en saber acerca de su estado de ánimo y sus respuestas que no llevaban a ningún lado ni satisfacían o mejor dicho resolvían sus dudas, provocaron la molestia de ambos que se transformó en silencio y enojo, pero nada que no pudiera solucionarse con un poco de tiempo y dejando que las actividades de la monotonía de pareja no desplazara pues a final de cuentas tenían más cosas que hacer que sólo estar al pendiente el uno del otro, pero de lo que no se percataron es que habían pasado una línea de la cual es difícil regresar y en la mayoría de los casos imposible si no están al tanto de lo que ocurre, se habían comportado indiferentes y poco les había importado solucionar ese problema, prefirieron olvidarlo cada uno a su manera.

En las siguientes semanas todo transcurría como de costumbre, el saliendo a trabajar todos los días, ella realizando sus actividades también dedicando su tiempo a sus proyectos de investigación, y como ocurría todos los días, se veían al regresar a casa, cenaban, platicaban de lo ocurrido en el día, veían televisión o simplemente iban a la cama, el incidente se había olvidado, una de esas noches, abrazados y a punto de dormir sin mayor preámbulo Eva dijo "te amo", y André automáticamente contestó "yo a ti", solo que su respuesta fue idéntica en sentimiento y expresión a un "gracias", ella no lo notó, o tal vez si, pero esa respuesta valía lo suficiente como para ceder el paso al sueño y quedo dormida casi de inmediato, no así él, se había percatado de lo que había sucedido, intentó decirle una vez más con las mismas palabras que ella había empleado lo que sentía pero no pudo, sentía que si lo hacia era algo ensayado, o sin mucha importancia, casi como hablar del clima, algo que podía comentar incluso con la persona del taxi que cada día le llevaba al trabajo, la idea le dio vueltas a su cabeza toda la noche, había perdido el afecto que sentía por ella, después de un par de años de vivir juntos su relación y compañía solo era eso, la costumbre y comodidad de estar juntos, pensó que todo en esta vida se termina, el cariño, el amor, los sentimientos que hicieron que estuvieran juntos la primera vez y los que les ayudaron a tomar la decisión de vivir juntos, que mientras pudieran estar juntos como pareja, platicar y sentirse bien era lo más importante, no necesariamente sentir todo lo anterior, - vaya que estaba equivocado, pues una vez que se han agotado las sorpresas y las ganas de descubrir más en la persona que tienes a lado, lo único que resta es terminar por aburrirte y querer estar en otra parte y por que no?, tal vez conocer a alguien más interesante y que despierte esa necesidad permanecer juntos-.

Al día siguiente la misma idea seguía con el, no era un tema fácil de hablar y dentro de poco ella notaría su cambio y no quería volver a pasar por la misma incomodidad de las semanas anteriores cuando se molestaron por no querer o no tener ganas de hablar, por lo que en cuanto hubo oportunidad comenzó a platicar mientras desayunaban, tenía que evitar que notara esa actitud, o esa falta de sentimiento que los mantenía juntos, posiblemente sólo era cuestión de tiempo antes que lo notara, siempre lo hacía, comenzó preguntando los planes del día, siguieron los del fin de semana, algunas otras cosas menos importantes, para cuando lo notó ya era hora de salir al trabajo, se había salvado al menos por esa mañana, cuando se despedía ya estaba tranquilo, o al menos lo suficiente para poder disimular y despedirse amorosamente como hasta la fecha lo hacía todos los días, se acerco a ella, la abrazo y tras besarla le dijo - te amo , ella de una manera mecánica sólo contesto "yo a ti" se dio vuelta para recoger la mesa mientras André caía en la cuenta que su respuesta fue exactamente igual a la suya, pero que ella llevaba ya mucho más tiempo respondiendo igual, de la misma forma en automático todos los días, todas las veces, desde hacía tal vez demasiado.

Muchas veces "el no saber" es una bendición, porque cuando te enteras sólo queda esperar, después de todo, sólo es cuestión de tiempo, mientas la zona de confort nos permite seguir viviendo nuestra idea bonita/romántica del amor que siempre es mejor a la realidad del mismo, donde las verdades duelen, las decisiones pesan y no hay marcha atrás una vez que alguien más llega o todo se vuelve insoportablemente indiferente, sin embargo no vivirlo en su realidad es todavía peor que el saber y no hacer nada para remediarlo.

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----- 4-Julio-2010- 16:47

--  ficción 80%, realidad 10%, extras 10% 
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