viernes, 9 de mayo de 2014

Impulsividad

Cuando uno se siente seguro de algo, no importa la hora, el día y a veces las circunstancias, las ganas, curiosidad y emoción toman el control de la situación y marcan el paso; sin embargo ninguna de las tres esta lista para lo que viene después, las consecuencias, la realidad, y es cuando uno recurre a la razón, habilidad y en ocasiones hasta una mirada al cielo buscando alguna señal que nos haga esquina.

Anoche fue una mezcla de varias cosas, todas conjugadas en una decisión impulsiva pero sin remordimiento, dos extraños en una mesa, risas, charla extendida en tiempo extra, whisky... es difícil -en mi caso imposible- negarse a pasar un momento así, y más no querer tener el siguiente próximamente.

Pocas cosas sorprenden tanto como la independencia de una mujer y su seguridad, pero no la que le da su aspecto físico (el cual no esta en duda al segundo que la tienes en frente), sino la que conoces a través de la primer plática -conozco personas que no saben usar un desarmador, y ella puede cambiar una llanta ponchada y pasar corriente a otro auto-, llega a un punto que impone, intriga y quisieras poner a prueba tales proezas, y al mismo tiempo sabes que preferirías hacerlo tú antes que ella.

Como sea, sin pensar precisamente en esta reunión fortuita, o si vendrán otras después, lo importante es que una prueba se supero, un ciclo se cerró (ya no hay dudas al respecto), y hoy ya es otro día, y en palabras de Don Mauricio Garcés:   "Sócrates!! ¿que me toca hoy?"


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